1. ¿Era necesaria otra newsletter, Rafa?
Buena pregunta.
Probablemente no.
Tengo que ser sincero con una cosa. En realidad, esta newsletter no es para vosotros, sino para mí.
Yo soy un yonqui del aprendizaje, no lo puedo negar. Y no hay cosa que más me fastidie es haber aprendido algo en un libro y que luego, al poco tiempo se me olvide.
Pues bien, esta newsletter viene a ser un cuaderno de apuntes para trabajar las cosas que voy aprendiendo.
Dicen que hay no se qué conexiones que se activan en el cerebro cuando escribes, obligándote a poner un poco de orden en esta cabeza mía que está igual de ordenada que la habitación de mi hija.
Pues yo quiero conexiones de esas.
Espero que esta newsletter (mira que intento no emplear términos en inglés, pero es que si escribo boletín se van a creer que es el BOE y no se me va a suscribir nadie) sirva para aprovechar mejor todo lo que voy aprendiendo y ya de paso, que si a alguien le sirve, pues mejor que mejor.
Por cierto, no sólo (sí, yo lo escribo con tilde) voy a hablar de cosas que he visto en libros, sino también de cosas que voy probando en la práctica y los resultados que voy obteniendo.
Espero que os sirva.
2. La importancia de releer
Una vez leí en una entrevista leí que Borges declaraba que releer era más importante que leer.
Creo que es cierto.
No solamente eso, sino que a mí me ha pasado de leer libros en el momento equivocado. A veces compramos un libro, e incluso lo leemos, antes de que sea el momento idóneo para hacerlo. Me estoy refiriendo, en ese caso, a ensayos, no a obras de ficción.
Llevo desde el 2018 empapándome de marketing online, tanto con libros, con podcasts, vídeos, cursos, y todo lo que pillo.
Empecé en aquella época un par de blogs en alemán (supongo que empezar un blog es como dejar de fumar, dicen que se puede hacer muchas veces), en algunos casos con posiciones TOP 5 en google para la intención de búsqueda, por lo que no fue del todo mal.
Mis primeros pinitos online.
Ya en 2019 me compré los libros de Russell Brunson, Dotcom Secrets y Expert Secrets y me gustaron mucho.
Pero en aquel momento no tenía la oportunidad de poner en práctica la mayor parte de las cosas que decían y ese conocimiento se diluyó.
Se quedó en nada.
Sin embargo, un par de años después, y ya con algo de experiencia en esto del marketing en internet, he desempolvado esos libros de mi estantería y me he dado cuenta de que algunas de las cosas que quiero implementar en la nueva actividad que voy a emprender, ya estaban ahí.
Por poner un ejemplo más concreto, la secuencia de bienvenida para alguien que se apunta a tu lista de correo. Russell Brunson la llama “Soap Opera Sequence” y explica cosas muy interesantes sobre esto, que yo había olvidado por completo.
Tengo otro mogollón de libros de marketing que me gustaron mucho en su momento, que ahora apenas recuerdo, pero que estoy deseando volver a releer.
Porque ahora es el momento adecuado, y los puedo poner en práctica.
A veces los libros llegan demasiado pronto, o leemos muchos en poco tiempo y nos damos un empacho que nos impide poder asimilar toda la información.
Por este motivo, tened vuestros libros a la vista y releedlos de vez en cuando. Si los habéis trabajado subrayándolos, haciendo resúmenes, mejor, porque así podréis ir directamente a lo importante.
3. Mejor pedir perdón que pedir permiso
He hablado en el aprendizaje anterior que empecé con esto del marketing en internet en 2018.
Empecé a poner en práctica lo aprendido (sin tener en cuenta los blogs en alemán) a principios de 2021.
Y voy a empezar a dedicarme a esto en 2024.
6 añitos.
Ha habido una mezcla de lo que se llama “parálisis por análisis”, de “síndrome del impostor”… vamos, de todo lo chungo que puedes tener en estos casos.
Recuerdo que tardé meses en sacar el primer blog, porque no estaba muy ducho con WordPress y además quería que todo fuera perfecto. No sabía entonces nada de CSS y me pasaba infinidad de horas intentando cambiar un color en el menú.
¿Qué tontería, no? Pues sí.
El segundo blog lo hice más rápido, porque controlaba mejor el tema de hacer páginas web, pero aún así, no le di la caña que debía, siempre había algo que hacer primero.
Aquellos momentos tenía ya una estantería llena de libros que me había leído, pero sin aplicar.
Y eso, amigos, no sirve para nada.
Hay que pasar a la acción cuanto antes.
Coge tu idea, desarrolla un producto, servicio, o blog mínimo viable y empieza a trabajar.
Y si sale mal, al menos que sea rápido y barato.
Siguiendo los principios Lean Startup.
Y aunque algunos digan que eso es una chorrada, disfruta del proceso.
Como yo ahora mismo, que me lo estoy pasando pipa escribiendo esto.
Empieza ahora mismo y que no te preocupe lo que piensen los demás. Ellos están ahora en el sofá viendo la tele.
4. Aprender es como ir al baño
Volviendo al primer aprendizaje, dije que soy un yonqui del aprendizaje, y es absolutamente cierto.
Ya sea con YouTube, cursos, libros, podcasts… todo.
Por mucho trabajo que tengamos, hay que estar siempre aprendiendo. No me refiero solo a emplear parte de nuestro tiempo leyendo, o delante de la tablet viendo vídeos.
Me refiero también a tener curiosidad cuando hablamos con los demás, por saber qué hacen.
Como dice el título de este aprendizaje, yo creo que aprender es como ir a cag al baño. Por muy mayor que seas, nunca dejas de hacerlo.
Me gusta mucho una frase de Isra Bravo a este respecto, que dice: “es muy agradable pensar en lo gilipollas que era hace 15 días”. Porque él aprende cada día, observando a su alrededor, conversando, leyendo, sacando conclusiones.
Cuánto más aprendes, más fácil resulta conectar los puntos, como decía Steve Jobs en el famoso discurso de Stanford.
A veces descubres conexiones entre cosas que aparentemente no tienen relación.
Eso es creatividad.
Crear algo tuyo, un concepto que nadie puede imitar.
Que te hace único.
Stay foolish, stay hungry.
5. La reputación es como la salud
No te das cuenta de que la tienes hasta que la pierdes.
Warren Buffett, durante el escándalo de Salomon Brothers, donde él durante algún tiempo se puso al frente de la compañía, dijo:
“Si pierdes dinero de la empresa, seré comprensivo. Si arruinas su reputación, seré implacable”
El oráculo de Omaha, que siempre ha llevado a gala pautas de comportamiento como la honestidad y la honradez, no podía soportar que su nombre se viera mezclado con los asuntos turbios que llevaron a esa empresa a dar cuentas ante la Reserva Federal.
La reputación se construye durante toda una vida, y puede perderse fácilmente en cinco minutos.
Stephen Covey, en sus “los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, habla de la cuenta bancaria emocional. Él la define como “una metáfora de la confianza incorporada en una relación”.
Confianza.
Honestidad.
Es como el cuento de Pedro y el lobo. Si tienes credibilidad, es más fácil solucionar un problema con ayuda de los demás que si no la tienes.
Estos valores son imprescindibles para alcanzar el éxito tanto en lo personal como en lo laboral.
Ahora me vendrá alguien diciendo que ese tío que tiene éxito, en realidad es un cabrito. Entonces yo creo que cabe preguntar, si esa persona tiene éxito en todo, o solo en lo laboral. Porque si es un zascandil, entonces es poco probable que en lo personal le vaya bien.
Muy animado tras habernos reencontrado de esta manera, de "arquitecto reciclado" a "arquitecto reciclado": deseando hincar el diente al resto de contenido, que seguro que me va a ser muy útil. Gracias!