1. Gurús del marketing que se contradicen
Algo que me gusta de las inversiones inmobiliarias, es que no hay un único camino para que te vaya bien en este campo.
Existen multitud de opciones que se pueden probar:
Alquilar
Vender
Reformar y vender
Rent & Rent
Alquiler turístico
Y así un largo etcétera.
Con el marketing me parece un poco igual.
Muchos han seguido caminos completamente distintos, a veces contradictorios, hasta llegar a una posición de éxito.
Citaré un ejemplo de contradicción: ¿hay que poner todos los huevos en la misma cesta, sí o no?
Arturo García, alias Cerdo Estratega, que es uno de mis marketers de cabecera, dice que hay que dedicarse a muerte a una sola cosa, sin plan B.
Porque eso te hace concentrarte a muerte en lo tuyo.
Lo mismo decía Napoleon Hill en el libro “Piense y hágase rico”, si no me equivoco hablando de Andrew Carnegie.
Por los mismos motivos.
Sin embargo, Romuald Fons, al que no se puede decir que le vaya mal, ni mucho menos, en su libro “Crece y hazte rico”, dice lo siguiente en su ley del éxito número 22:
“Lanza varios proyectos, detecta los mejores y escálalos”
¿Cuál es la opción buena?
Pues las dos, depende de la que valga para ti.
Creo que tienes que adaptar tu proceso a lo que a ti te viene mejor.
Yo prefiero la opción de Romuald Fons, ya que me gusta probar muchas cosas. De hecho, este año tengo planificados una serie de proyectos que voy a ir haciendo ordenadamente (esta newsletter es uno de ellos).
Cada uno de ellos me va a servir para adquirir una habilidad que me interesa.
Lo que he hecho ha sido planificar unas semanas para aprender sobre el proyecto, y otras para ejecutarlo. Siempre sin dejar de lado mi proyecto principal.
Lo que no se puede hacer es improvisar, porque al final perdemos el tiempo.
Eso sí, tampoco hay que volverse loco. Haz un proyecto mínimo viable, lánzalo y a ver qué ocurre. No es un desperdicio de tiempo, porque aunque no fructifique, lo que aprenderás te servirá para el futuro.
A mí al menos, me servirá para contártelo a ti en esta newsletter.
Si tienes curiosidad por saber qué tengo planeado, pónmelo en comentarios.
2. Ser el raro es mejor
En mi añorado programa “Muchachada Nui”, hicieron una serie que se llamaba “Las Aventuras del Joven Rappel”.
Era una parodia de la serie “Smallville”, siendo el protagonista el vidente Rappel, en vez de Superman (Carlos Areces estaba genial en ese papel).
El primer capítulo se llamaba “Soy especial”.
Y claro, trataba de un niño rarito que podía ver el futuro en los grumos del colacao.
Quizá sea un ejemplo exagerado del tema que quiero tratar, pero es muy ilustrativo.
Hay quien dice que tenemos que descubrir aquello en lo que somos buenos.
Y hay otros, como Tom Peters, que lo dicen de otra manera: tenemos que hallar nuestra rareza.
Según él, para triunfar hay que dejar de ser normal. La normalidad no es ninguna virtud, ni algo bueno per se. Tú, querido lector, como todos los mortales, eres único e irrepetible (bueno, hay algunos que hay que dar gracias al cielo por ello).
Si eres como todos los demás, no te distinguirás de la masa.
Serás uno cualquiera.
Hace poco un amigo estaba pensando en escribir un blog sobre temas de running (lo que toda la vida hemos llamado salir a correr). Aunque parezca un tema del que ya hay mucha oferta, lo que yo le dije es que si lo hacía, tenía que hacerlo desde su perspectiva personal, porque eso nadie lo puede copiar.
Empatizar con gente que son como tú, y que se identifican contigo.
Podemos hilar esto con lo que Steve Jobs llamaba “unir los puntos”. Dijo esto en el discurso de Stanford, que me da cosa citar porque está tan manido ya que se banaliza su contenido.
El hecho de relacionar cosas que son importantes para ti, pero que para el resto del mundo no tienen ningún nexo de unión, convierte tu propuesta en algo único, que te pertenece solo a ti y que nadie puede copiar.
Podríamos entrar aquí en el terreno de la marca personal, pero ese es un melón que abriré próximamente.
En mi caso es un poco una faena, porque creo que soy lo que Álvaro Sánchez llama un multipotencial o “disperso de mierda”.
Me gustan y me interesan tantas cosas que me cuesta poner foco.
¿Cuáles son esos puntos para ti?
3. Cómo ser ingeniero sin ir a la Universidad
Cuando uno tiene un objetivo a veces no sabe por dónde empezar.
Es posible que el número de opciones sea tan abrumador, que uno se acaba paralizando.
Por eso os voy a hablar de un concepto que a mí me gusta mucho: la ingeniería inversa.
Se trata de ver qué hacen aquellos que están donde tú quieres estar y hacerlo tú también.
No penséis que esto es algo nuevo, es más viejo que el hilo negro.
Mago More, en una entrevista de hace poco con los chicos de “Tengo un plan”, contaba algo que sucedía en la película “En busca de la felicidad”, de Will Smith:
El protagonista estaba tieso y no conseguía vender unos aparatos para médicos. Necesitaba imperiosamente dinero para poder conseguir un techo para él y su hijo pequeño, ya que habían estado durmiendo en albergues para vagabundos.
Una vez vio salir a un fulano de una casa para meterse en un Porsche, y le salió al paso para hacerle dos preguntas:
-¿A qué te dedicas?
-¿Dónde lo has aprendido?
El tipo del Porsche se dedicaba a hacer trading en bolsa, y si queréis saber cómo acaba, por favor, ved la peli que es muy buena.
La cuestión es ver qué han hecho aquellos que ya han conseguido lo que tú deseas, y hacerlo tú también.
No se aplica sólo a planes para cambiar tu vida, sino a cosas más sencillas, como por ejemplo las miniaturas de vídeos de Youtube. Mira a ver qué hacen los Youtubers con más éxito. A Romuald Fons le copiaron hasta la saciedad las imágenes con bordes gordos de colores.
Desarrolla una mente analítica, estudia que hacen los maestros y piensa por qué lo hacen.
Después aplícalo tú.
No pienses en imitar el resultado en sí. Imita el proceso de pensamiento que les ha llevado hasta esa solución.
Camina sobre hombros de gigantes y llegarás más lejos.
4. Asentir negando
Uno intenta siempre hacer muchas cosas, y avanzar todo lo posible.
También avanzar rápido, a todo lo que da.
A veces alguien me ha preguntado de dónde saco el tiempo para hacer esas cosas.
Os lo explico con una cita de Gary Keller, de su libro “The One Thing”:
“The art of saying yes ist, by default, the art of saying no”
Llevo desde 2018 empapándome de marketing.
Leyendo mucho, haciendo cursos, poniendo en práctica, etc. Y eso ha tenido consecuencias:
Los únicos partidos de fútbol que he visto han sido los de España en los mundiales (y hubiera sido mejor no haberlos visto).
Me he podido leer unos 40 libros y de estos, sólo 2 han sido novelas.
Hace 15 meses que no uso mi tableta gráfica para dibujar.
Las acuarelas están cogiendo polvo en el armario.
Etc.
¿Significa esto que no me interesa el fútbol, la literatura de ficción, el dibujo o la pintura?
Pues no, me encantan.
Pero el día tiene solo 24 horas y no se puede hacer todo. Y menos, hacerlo bien.
Para decirle que sí a algo, sea lo que sea, hay que decirle que no a todo lo demás.
Simplificar, reducir hasta lo mínimo que podamos el número de cosas que van a recibir nuestra atención.
¿Es esto una garantía de éxito?
Por supuesto que no.
¿Es un requisito entonces?
Yo diría que sí.
Un día le preguntaron a Warren Buffett (uno que tiene el dinero por castigo) y a Bill Gates (otro que tal anda) cuál era su secreto para haber tenido tanto éxito. Los dos respondieron lo mismo:
-Focus.
Tener foco en hacer muy bien una sola cosa.
Si estos dos bicharracos lo aplican, ¿cómo vamos los simples mortales a ignorarlo?
Vamos, aplícate el cuento y simplifica.
5. No somos máquinas
Esta lección la aprendí del gran Ángel Alegre, cuyo podcast “Vivir al máximo” siempre es fuente de inspiración.
Contaba que una vez tuvo una cita con un mentor yanqui con el objetivo de ser más productivo. Él pensaba en aquel momento que lo mejor era exprimir cada minuto y no desperdiciar ni un segundo haciendo chorradas, o viviendo, simplemente.
El mentor le dijo algo que no se esperaba. Le dijo que es IMPOSIBLE ser productivo siempre 10 sobre 10. Que la clave es estar siempre alrededor del 7/10 de manera que tu trabajo sea compatible con el resto de tu vida y puedas avanzar regularmente en tus tareas más importantes.
Al final se trataba de ser constante. No desviarse nunca del 7/10 y evitar todo aquello que te ponga por debajo de ese nivel.
Esto es una carrera de fondo, no de velocidad.
Reduce el tiempo de planificación, olvida perder el tiempo con aplicaciones de productividad y ponte al lío.
Organiza tu tiempo en función de tus niveles de energía en cada momento del día.
Este aprendizaje me voló la cabeza cuando lo vi.
Siempre queremos extraer lo máximo, pero al final nunca somos capaces de mantener el ritmo. Y cuando no lo podemos cumplir, por ejemplo al estar de vacaciones por ahí con la familia, luego nos sentimos culpables y no disfrutamos como deberíamos estar haciéndolo.
Ojo, que no significa que tengamos que olvidar la disciplina.
También funciona con otras cosas como las dietas. Si de vez en cuando nos damos permiso para tomar algo que nos gusta, aunque no sea tan saludable, cumpliremos con gusto la dieta el resto del tiempo (o no).
Tenemos que darnos permiso para no ser siempre perfectos.
La vida no tiene por qué ser un suplicio, sino que podemos sacarle el máximo partido a la vez que la disfrutamos.
BONUS: Muchachada Nui: “Soy especial”
Este es el vídeo del que os he hablado en el aprendizaje 1.
Me estás complicando la existencia, en cada post abordas demasiadas cosas y ya me estás haciendo coger la libretilla e ir apuntando, pero, como diría el estereotipo de comercial: "mira, te comento".
Cuando hablamos de cosas que están por ponerse en marcha, proyectos, ideas de negocio...me parece muy arriesgado lo de centrarse en una sola cosa, llámalo "focus" o como tu quieras...El riesgo es importante, incluso si se trata de una actividad que ya esté funcionando (te lo dice uno que estaba empeñado en seguir siendo arquitecto a pesar de llevar más de cuatro años en pérdidas). No dejar de tener presente una máxima que una vez me dijo un heladero (en serio): "lo que no deja, se deja". Lo complicado es dejar el suficiente tiempo que requiere cada proyecto para no abandonarlo demasiado pronto, o demasiado tarde.
Tú te defines como "disperso de mierda", en mi caso, yo soy un "hombre del Renacimiento, pero en mal". Una vez se lo leí a alguien (no recuerdo a quién): "me gustan demasiadas cosas como para ser bueno en algo". Esto, hilándolo con encontrar nuestra rareza, lo que nos diferencia de los demás me plantea otra cuestión (de nuevo a nivel personal): ¿y si lo que te distingue no es "monetizable"?, siempre he pensado que tengo un don para las cosas poco o nada productivas...
Tooootal, seguimos para bingo, que como te descuides me sale una turra considerable. ¡Un abrazo!
Muy interesante lo que dices de estudiar a los maestros y pensar por qué hacen las cosas. Creo que también se puede aplicar en el día a día en el entorno de trabajo.