Tener metas ambiciosas siempre es positivo.
Por eso estoy ahora liadillo con mi Plan para Dominar el Mundo (PDM).
Todo a su debido tiempo.
En la edición de la semana pasada de esta, tu newsletter, te comenté que estoy creando un mapa mental para definir la estrategia de mi negocio (que a la postre me permita dominar el mundo, claro).
Puse una encuesta para que los lectores me dijérais si os interesaba que analizase más en profundidad cada parte del mapa. El resultado ha sido de un abrumador 87% a favor de hacerlo.
Así que aquí lo tienes: hoy te hablaré de cómo defino a mi cliente/lector ideal.
Vamos p´alante:
Determinación del cliente/lector ideal
Esta fue la primera rama del mapa mental que rellené. Si te acuerdas, los cuatro tipos de lectores ideales que yo manejaba eran:
Personas que dirigen pequeñas y medianas empresas
Personas que quieren emprender en internet
Personas que YA están emprendiendo en internet
Gente que quiere cambiarse de profesión
Ahí hay mucha tela, por lo que tengo que concretar más.
Mi alter ego
me mandó un audio después de recibir el artículo de la semana pasada dándome su opinión al respecto, y la verdad es que tenía bastante razón.Los pequeños y medianos empresarios están más bien inmersos en el día a día de sus procesos de ventas, gestión de personal, etc., y no tienen en la cabeza el tema de los negocios digitales.
No sé si esto es exactamente así en empresarios cuyo negocio está en la red, pero tiene bastante sentido. Lo más probable es que tengan delegadas estas tareas.
Descartados.
Por otro lado, alguien que quiere cambiarse de profesión podría considerarse un subgrupo dentro del tipo de personas que quieren emprender en internet.
Descartados también.
Ya van quedando menos opciones.
Así se queda la cosa:
Mi cliente/lector ideal sería una persona que ya está emprendiendo, o que quiere emprender en internet.
Ahora lo leo y pienso que tampoco he descubierto el Mediterráneo, la verdad.
Me vas a decir, querido lector, que eso son dos lectores ideales, no uno. Y tienes razón, qué duda cabe.
Sin embargo, creo que entre una persona que no ha empezado, y otra que está ya en marcha hay muchos contenidos que pueden servir para ambos grupos.
Lo sé también por mi experiencia con algunos lectores de esta, tu newsletter, que son gente que ya tiene proyectos monetizados, y otros que todavía sueñan con esto.
Tengo que seguir dándole vueltas, no lo niego.
No me dirás que esto no es un build-in-public de manual.
Sigamos, que esta parte me parece muy interesante.
Buscarte problemas es guay
Noah Kagan, ese muchacho de tan escatológico apellido, habla en su libro “Million Dollar Weekend” ( mi reseña aquí ) del enfoque CUSTOMER FIRST.
Necesitamos, al menos al principio, acceso a la gente a la que queremos ayudar. De este modo conoceremos los problemas que tienen de primera mano, y podremos crear soluciones para resolverlos.
Las frustraciones de otros son oportunidades de negocio
Para mí es fácil. Tengo acceso a estas personas a través de las comunidades a las que pertenezco y a las redes sociales.
Y además, qué carajo, los problemas de esas personas a las que quiero echar un cable son exactamente los míos, así que no tengo que ir muy lejos para saber qué les está pellizcando los pezones a mis lectores ideales.
A ser posible busca problemas que la gente esté dispuesta a rascarse el bolsillo para resolver.
Transformación a través del contenido
Estos últimos días me estoy poniendo cansino en LinkedIN con los libros de Meera Kothand. En su libro “The One-Hour Content Plan”, habla del concepto de Driver of Change (DoC).
Si traducimos esto al cristiano, estaríamos hablando del cambio que mi contenido introduce en las vidas de mis lectores.
Suena a perogrullada, pero para que haya un cambio tiene que haber siempre un antes y un después. Parece de cajón, pero a mí me ha hecho clic el darme cuenta de esto.
Pensar que cada contenido que publico provoque una transformación en mi lector.
A ver, no estoy hablando de que te conviertas en hombre lobo ni nada de eso, sino más bien a que al terminar de leer el correo, o de hacer scroll sentado en el váter, tengas la sensación de que has colocado una pieza más del puzzle en su sitio.
La autora propone tres preguntas a contestar referidas a ese cliente ideal:
¿Qué están soportando ahora?
¿Cómo se sienten?
¿Qué tienen en este momento en la cabeza?
Para cada una de las preguntas hay que definir un antes y un después de ser consumidor de las paridas que escribo.
Si mis artículos van dirigidos a personas que están emprendiendo en internet, o que quieren hacerlo, es lógico suponer que no todos tienen el mismo conocimiento, ni están en la misma situación.
Aún así, lo que escribo tiene que ser interesante para ambos.
Tengo que plantearme con cada pieza de contenido, si este artículo, libro, etc., te va a situar más cerca de tu objetivo, después de haberlo leído.
Esto también te va a servir
Te cuento ahora otros tres factores que, según Arturo García (el Cerdo Estratega), también son determinantes para definir al cliente ideal:
Tiene dinero: si la persona a la que te diriges está tiesa, lo vas a tener crudo para monetizar y vivir de esto. Es bastante obvio, pero hay que decirlo de todas maneras.
Tiene un dolor intenso: cuanto más grave sea el dolor, más estará dispuesto a pagar por el producto o servicio. Si estás en el desierto y tienes la garganta seca, le darías hasta tu último chavo a aquel que te dé una Cruzcampo fresquita.
Deseo voraz: esa persona tiene que querer resolver su problema con todas sus ganas.
Estos dolores y deseos son fundamentales para montar tu caja de herramientas de persuasión, que te permita crear el producto y venderlo después. Déjame en comentarios si quieres que le dedique una edición a este tema.
Me atrevo a añadir a estos tres factores otro mas: tiene que haber un número suficiente de posibles lectores o clientes. Si tu contenido está basado en un producto que son los cortauñas para leopardos, es probable que la demanda sea reducida.
En resumen, buscamos un grupo de personas, vemos qué problemas tienen y creamos un contenido que les ayude a resolver sus dificultades. En algún momento, esas dificultades serán grandes y estarán dispuestos a pasar su tarjeta por mi aparato para solucionarlas.
¿Qué puede salir mal?
Creo que el proceso de elegir a mi lector o cliente ideal es un proceso vivo. Fíjate que ya llevamos 37 ediciones de esta newsletter y todavía estamos liados con eso. A medida que vaya publicando y probando, iré afinando más el tiro.
Pasar de 0 a 100 de un tirón es difícil. Por eso voy a plantear mi estrategia de contenidos poco a poco. Y ya veremos qué pasa.
A lo mejor me doy cuenta de que el 80% de mis lectores no han empezado a hacer cosas en internet, y me tengo que centrar en ellos.
Quién sabe.
Espero contar con tu presencia durante este apasionante proceso, y con tus comentarios complementando mis escritos.
¡Hasta la semana que viene!
Recordatorio
Esta newsletter pasará a llamarse Negocios Digitales a partir de algún momento de septiembre. Así que no te sorprendas si cuando llegue el momento recibes una newsletter a la que no recuerdes haberte suscrito. ¡Soy yo!
Amigo Rafa, te reconozco que hace algunas semanas que no te leo (por detox veraniego) pero retomo la lectura de tus publicaciones y no sé si ha sido Andalucía o qué pero ojito la calidad que ha ganado esta, nuestra, newsletters 🤩
Me encantó lo del PDM y me está flipando cómo estás desarrollando cada sección 👏
Muy bien avanzando. Ahora está mejor el público ideal.
Además de lo que dice Arturoby dices tú yo tengo dos cosas más que suelo mirar.
1) Que el público objetivo sea un grupo en crecimiento o como mínimo estable en crecimiento de personas
2) No solo que tengan dinero, sino que también seas capaz de llegar a ellos. Por ejemplo, los médicos tienen dinero, pero igual no eres capaz de llevar a ellos porque no te mueves por donde ellos se mueve
Diría que el público que has definido cumple ambas cosas…