Hoy va de salseo.
Esta semana os hablo de mis primerísimos pasos en el mundo del emprendimiento, y de los errores que cometimos. Os voy a contar qué es lo que aprendí de aquel chasco, y por qué me cambió la vida.
Os cuento.
En el año 2017 de nuestro Señor, mi señora alemana quería tener una fuente de ingresos alternativa, al trabajo que entonces tenía. Ella es muy emprendedora, muy lista y muy de todo (por si acaso lee esto). Le gustan los retos, así que con un (entonces) amigo, y un amigo del amigo, ambos italianos, decidieron vender alimentos procedentes de Italia a los alemanes, a través de internet.
Casi nada.
Entonces no era como ahora, había cosas, pero la competencia era mucho menor. Me recuerda a la época anterior a la crisis del 2008, cuando cualquiera que tuviera acceso a un poco de capital, se hacía promotor inmobiliario. Incluso sin tener ni pajolera idea del sector. Pues algo parecido.
En Alemania, y en particular en Baviera, donde yo vivo, la comida italiana es especialmente apreciada. Puede ser por la cercanía geográfica, puede ser por que los bávaros tienen parné para pagar, el caso es que les gusta mucho.
¿Qué podía salir mal?
Los tres socios, a saber, eran:
Mi señora alemana, que es asesora fiscal, se encargaría de crear la sociedad, llevar la contabilidad, declaraciones, etc.
D Punto, que trabajaba con patentes, como responsable del marketing (?)
S Punto, que era informático, asumiría la parte técnica.
Yo estaba también ahí, deslizándome entre las sombras. Al final acabé haciendo de casi todo.
Me liaron.
Resumiendo: la empresa se fue al carajo en menos de dos años.
Arrivederci. Finito.
El final de aquello tuvo algo de emoción. Yo tuve una flor en el culo, porque unos meses antes de la debacle, iba a comprarle su parte de la empresa a D Punto, porque total, su trabajo lo estaba haciendo yo. Así que arreglamos todos los papeles y fijamos una cita.
Estábamos en el notario para firmar la venta de su parte, cuando el tío se da cuenta de que se le ha olvidado el carnet de identidad. No cruzamos ni la recepción de la notaría. Le hubiera retorcido gustosamente el pescuezo en aquel momento.
Poco tiempo después surgió el problema que contaré en uno de los aprendizajes, y obviamente, yo me puse a silbar “Yesterday”, cuando el fulano volvió para que le comprara su parte.
A pesar de todo, recuerdo aquellos días con cariño, y me sirvieron para aprender mucho. Y lo más importante, descubrí un mundo apasionante al que ahora me dedico. Sin duda, mereció la pena.
Estos fueron, en resumen, los aprendizajes que saqué:
1️⃣ Escoge bien a tus socios
Cada uno de los socios tenía un cometido dentro de la empresa. En principio, este se determinó en función de las habilidades de cada uno. Contabilidad e impuestos, marketing y desarrollo de la plataforma. A cada uno lo suyo.
El problema era que ninguno de ellos había montado un negocio de este tipo antes. Básicamente todos tenían muchas ganas, pero ni zorra idea, de lo que supone montar un E-Commerce.
En teoría, el encargado del marketing debería haberse encargado del posicionamiento, estudio de la competencia, etc, pero no fue así. Su acción de marketing con más calado, en los casi dos años que duró la aventura, fue encargar unos bolis con el logo de la empresa (que por cierto, había hecho yo).
El responsable de la parte técnica creó la plataforma, y trabajó bastante en en ella, pero él solo no daba abasto, y mi señora alemana y yo tuvimos que echarle una mano. Fue la primera vez en mi vida que vi un WordPress.
No te asocies con cualquiera, júntate con gente que sepa hacer cosas que tú no puedes. Alguno tendría que haber tenido experiencia en E-Commerce, o al menos, la dedicación necesaria para aprender. Ah, y que sean buena gente, a ser posible.
Escoge a gente que te complemente y sea competente.
2️⃣ Estudia a la competencia
Al año más o menos, del pistoletazo de salida, y a petición de mi señora alemana, empecé a asumir algunas labores relacionadas con el marketing. Como mi experiencia en aquel momento, oscilaba entre el cero y la nada, pensé en googlear para ver qué estaban haciendo otros.
Cuando me puse a buscar quiénes ofrecían productos similares, básicamente para copiar todo lo que pudiera, advertí que había actores muy serios en el sector. Me di cuenta de que con nuestro perfil, más bien amateur, no teníamos ninguna posibilidad de tocarles un pelo a los de la competencia.
Eso no quiere decir que con trabajo no se puedan hacer cosas, o incluso superar a los que ahora están arriba, pero ese esfuerzo extra no fue tenido en cuenta a la hora de montar el negocio.
Antes de empezar a hacer nada, estudia lo que hay por ahí, quién es tu competencia, a qué clientes sirve, si hay huecos en el mercado en los que tú puedas meter la cabecita. etc.
Busca en Google antes de montar cualquier cosa.
3️⃣ No dependas de un solo proveedor
La aventura del supermercado italiano no se fue al carajo por no estudiar a la competencia, ni por no vender (aunque se vendió más bien poco), ni porque los productos no fueran buenos, que lo eran.
El problema que nos cerró el garito fue que nosotros hacíamos dropshipping con macarrones, en lugar de con consolas chinas. Teníamos un proveedor al que le llegaban los pedidos, preparaba los paquetes, y los mandaba con nuestra etiqueta a la persona que los hubiera comprado.
Un día de septiembre de 2018, esa empresa dijo que hasta aquí hemos llegado. Que sí, que nos vendían, pero que si queríamos vender tomates, teníamos que comprarlos por palets. Un pedido de un bote de tomate, dos paquetes de spaguettis y una salsa, ya no era posible. Había que pedir en grandes cantidades.
Pues a tomar porculo la bicicleta.
Estudiamos la posibilidad de usar mi sótano como almacén y tal, pero eso ya te exigía tener a alguien encargado de eso, preparar los envíos, etc. Para nosotros era totalmente imposible, y para S Punto que vivía en Rimini, os podéis imaginar.
Tal como vino se fue.
Si dependes de un solo proveedor, estás muerto.
4️⃣ Conoce lo que vendes (y a quién se lo vendes)
Que te guste la comida italiana no implica que seas capaz de venderla. Que seas capaz de distinguir entre un macarrón de De Cecco y el del chino de debajo de tu casa, no te convierte en un experto vendedor de pasta.
Tendríamos que haber estudiado a la competencia, qué tipos de productos venden, cómo lo hacen, etc. También tendríamos que haber sabido qué era el SEO, pero eso lo descubrí un poco más tarde.
Tienes que tener claro quién es tu cliente ideal. Los alemanes que piden productos italianos, no piden lo mismo que los italianos que viven en Alemania. Es como cuando yo veo el jamón que venden en los supermercados alemanes. Viene estupendo si se me rompe la suela del zapato, pero no para poner un platito en la cena.
Piensa en el cliente que te interesa, y véndele algo que quiera comprar.
5️⃣ Tienes que dedicarle el tiempo que requiere
Todos tenían (teníamos) trabajos a tiempo completo y no podían dedicarle al proyecto el tiempo necesario para sacarlo adelante. Las tareas se empezaron a acumular, y la bola se hizo más y más grande.
Yo empecé a ayudar a mi señora alemana haciendo de todo: diseñé el logo (que ahora lo veo, y me dan ganas de llorar), hice flyers (esos sí me salieron bonitos), metí fichas de productos en WordPress (¿El SEO, eso qué es?) como si no hubiera un mañana, y me fui cuatro días a Rimini para ayudar a S Punto con la web.
Tendríamos que haber pensado que era un negocio, y no un hobby. Una empresa requiere un mínimo tiempo de dedicación, y aunque mi señora alemana, S Punto y yo hicimos todo lo que pudimos, no era suficiente para algo de esa envergadura. De D Punto, el de los bolis, mejor no hablar.
Para resumir, os diré que fue una aventura que mereció la pena, a pesar de que vendimos una caja de botes de tomate, algunas salsas, y el pedido más grande lo hicimos nosotros para probar.
El experimento me sirvió para descubrir el marketing, el desarrollo web, etc. Si no hubiera sido por aquello, no estaría hoy aquí.
Aprendí muchas cosas que hoy no sabría, si no lo hubieramos hecho. Os animo a mover el culo y a probar cosas. Seguro que no os vais a arrepentir.
Antes de terminar esta semana, quiero contaros que he hecho un descubrimiento en la comunidad de newsletteros. El amigo Alfredo Andreu tiene una newsletter estupenda sobre nutrición, que os puede interesar si os preocupa vuestra salud. Yo no soy muy aficionado a estos temas, pero me tiene enganchado. Os dejo el enlace a Habito Nutrición, por si le queréis echar un ojo.
Me ha gustado mucho leerte, me he sentido muy identificada. Yo, sin experiencia en nada, casi ni en la vida ya que tenía 20 años, decidí abrir un e-commerce, ¡y vaya viaje! Eso sí, aprendí un montón, aunque ahora, mirándolo con retrospectiva, ¡la de cosas que hice mal! 😂
Eres una caja de sorpresas. Menuda aventura y qué grandes aprendizajes has compartido.
No sé con cuál quedarme porque los 5 son fundamentales. Quizás con el 1 cuando montas algo con socios. La piña y remar al mismo ritmo es imprescindible.
Luego puede salir mal pero al menos se viaja mejor con todo bien repartido.