¿Conocéis a alguien que tenga dos Emmys, un Grammy, produjo una película que recaudó casi 100 millones de dólares, y es responsable de uno de los cómics más vendidos de la historia?
Sí, todo a la vez.
Hoy os voy a hablar de uno de mis ídolos comiqueros: Todd McFarlane.
Ya en alguna edición de esta, vuestra newsletter, os he comentado mi afición patológica por los tebeos.
Como en esta santa casa, de lo que se habla es de emprendimiento y de negocios, he decidido juntar esas dos pasiones: el noveno arte y las empresas.
Esta semana he visto dos vídeos de Youtube con sendas entrevistas de Tim Ferriss a McFarlane. Dado que entre los dos vídeos suman más de cuatro horas, supongo que el bueno de Tim hizo esa semana horas extraordinarias.
Canadiense que quiso dedicarse al béisbol profesional, lo petó a finales de los 80 y principios de los 90, con su estilo de dibujo particular, hasta triunfar con la serie regular de “The Amazing Spiderman”. Además, es el cocreador del personaje Venom, del que se han hecho hace poco un par de películas.
Os voy a hablar de su filosofía, que consiste básicamente en:
poner en solfa lo establecido,
no conformarse con lo que hay,
desafiar el statu quo.
Para ello, funda empresas que hagan realidad su visión de cómo las cosas pueden hacerse. Me gusta su filosofía de “no me gusta, ni lo que se cuece en esta industria ni en esta tal o cual empresa, así que me voy, y fundo yo la mía”.
Un sujétame el cubata de manual.
El “no hay huevos”, elevado a la quinta potencia.
Desafiando el status quo: nace Image Comics
En su momento, Todd McFarlane era, junto con Jim Lee, probablemente el dibujante mejor pagado el mundo. Vendía millones de ejemplares. Pero eso no impedía que los directivos de Marvel vinieran a tocarle las pelotas, diciendo que no podía hacer esto o aquello.
¿Qué demonios les importaba, si les estaba haciendo ganar millones?
Cuando ya no pudo aguantar más gilipolleces, convenció a los dibujantes más exitosos del momento de mandar al carajo a Marvel, y emprendieron una de las aventuras más locas del mundo del cómic. Desafiaron el status quo, se fueron de la empresa y fundaron su propia editorial: Image Comics.
Estamos hablando de los dibujantes responsables de 44 de los 50 cómics más vendidos del año anterior. Vamos, la créme de la créme.
La seña de identidad de su editorial era que los creadores retenían los derechos de sus obras, a diferencia de lo que ocurría en DC (Batman, Superman, etc.) y Marvel (Spiderman, Los Vengadores, etc.).
Ocupan el tercer puesto de las editoriales del cómic más importantes del mundo desde hace 30 años.
Siempre tuvo espíritu emprendedor, y conocía el sistema. Es por eso que aunque su personaje Spawn (un bicharraco que viene del infierno) ya estaba creado desde hacía años, nunca se lo ofreció a Marvel. Él sabía que se quedarían con los derechos de su creación, y sólo le darían las migajas.
Ahora tenía la oportunidad de sacarlo a la luz, llevándose el 100% del pastel.
El primer número de Spawn en Image vendió 1,7 millones de ejemplares. Eso, aparte de llenarle la cuenta del banco, le abrió un nuevo mundo de oportunidades, en forma de merchandising, televisión, etc.
Alguien con el espíritu de McFarlane, no pudo resistir la tentación, y empezó a crear diferentes empresas alrededor de su personaje.
Creando empresas como canales de captación
McFarlane quiere siempre mantener el control sobre todas sus creaciones. A lo largo de los años ha ido creando empresas que venden cómics, juguetes, así como producen vídeos musicales y series de televisión.
Un tipo polifacético.
No aceptó ofertas de los grandes actores del mercado, por ejemplo del mundo de los juguetes (recordemos que los millones de cómics vendidos le proporcionaban cierta notoriedad en ese campo).
Ideó todo para que fuera posible llegar al personaje a través de múltiples canales: los cómics, los juguetes, o la serie de dibujos animados, de la que también tenía el absoluto control creativo.
Su planteamiento es que a él le da igual cómo conozcas a Spawn. Dice que es como construir una casa, hay que crearla con el mayor número de puertas posible, y que éstas estén siempre abiertas. Porque la fiesta tiene lugar dentro.
Crea diferentes opciones para llegar al mismo sitio, que es, en última instancia, la cuenta corriente del señor Todd.
De este modo, cuanto más grande sea la comunidad, más fácil será que les llegue lo próximo que vayas a sacar.
Chico listo, este McFarlane.
La gente percibe el valor
Cuando empezó con su marca de juguetes, éstos costaban 5,99 $ por unidad. Nuestro canadiense quería vender los suyos a 6,99 pavos, y los de las otras empresas le decían que estaba loco y no iba a vender un cipote.
De nuevo, él le dio la vuelta a la tortilla. Su teoría era que tú puedes vender un juguete por 6,99 $, si es ese el valor de lo que ofreces. Más aún, lo que quería, era ofrecer un valor de 7,99 $, pero por un dólar menos.
Las grandes empresas cotizadas, tipo Hasbro o Mattel, sólo piensan en las cuentas de resultados, y no en el juguete en sí. Cada detalle de este, cuesta unos céntimos extra, y eso afecta a la facturación. Esos señores con corbata tienen que rendir cuentas cada 90 días ante los accionistas, por lo que modificaciones no justificadas en el producto les podían costar el sillón.
Así que él percibió esa debilidad y la aprovechó.
La gente que sabe lo que compra, reconoce el valor de un producto. Es en ésto en lo que se centró: competir por calidad. La única forma que tenía para superar a la competencia, era haciendo productos mejores que los demás. Juguetes que destacaran del resto, en este caso, por su profusión de detalles, que casi convertían sus muñecos en pequeñas esculturas.
Su modus operandi es crear el producto, y ponerle precio después. Crear buenos juguetes, a precios competitivos.
Además tenía otro motivo. Las otras empresas podían sacar juguetes de Batman y Superman, que son marcas establecidas y conocidas por todos. Él tenía a Spawn, que era un personaje nuevo y no contaba con masas de seguidores.
McFarlane sabe con qué cartas juega, y les saca el máximo partido.
No seas original, sino más sexy
Este señor tiene una personalidad muy definida. Está muy seguro de sí mismo, y tiene claro por qué hace las cosas.
Cuando se refiere a su forma de emprender, dice lo siguiente:
Nunca he inventado nada nuevo, no soy original.
Lo único que he hecho es coger algo que he visto, y hacerlo más sexy.
Coge lo que hay, mejóralo. Hazlo más bonito. Según él, si consigues que una idea sea un 3% más sexy, según él, las cosas te irán bien.
Como he dicho antes, él sabe que no tiene los medios de los que disponen otras empresas, por eso él tiene que tener más imaginación y hacerlo mejor.
Usa lo que los demás hacen como base, lo mejora, y lo vende a buen precio.
No inventa la rueda. No hace falta.
Jugar con los grandes es cuestión de pelotas
Esta semana, el gran
ha abierto el melón de cómo contactar con las grandes empresas. Nuestro protagonista de hoy tuvo una forma muy particular de hacerlo.Os cuento.
El dibujante y empresario estuvo en su juventud a punto de ser jugador profesional de béisbol. A mediados de los 90, iniciada su aventura con su compañía de juguetes, quería hacer muñecos de deportistas, pero no podía, porque no tenía las licencias.
Su empresa era pequeña, y ninguno de los grandes actores, la NBA, NFL, etc., quería tratar con él.
Tuvo que buscar un camino alternativo. De béisbol no tengo ni pajolera idea, pero McFarlane sí. Aquel año, un tal McGwire, de los Oakland Athletics, batió el récord de Home Runs, o como se llamen, en una temporada.
Un total de 70, por si alguien tiene curiosidad.
Pues bien, la bolita con la que consiguió el último Home Run, fue subastada en el Madison Square Garden. Nadie había pagado hasta entonces más de 300 o 400.000 dólares por una reliquia de ese deporte.
Hasta aquel día.
Un pujador compró la bola por la absurda cifra de tres millones de dólares.
Una barbaridad.
¿Quién fue? McFarlane, por supuesto.
¿Y qué consiguió, aparte de comer solamente espaguetis durante meses?
Titulares en prensa, radio y televisión. Entrevistas a porrillo. Una atención que si la hubiera obtenido a través de anuncios, le hubiera costado bastante más de tres millones.
La siguiente vez que llamó a alguno de los mandamases de los deportes, empezó la llamada diciendo: “soy Todd McFarlane, quizá me hayas visto en la televisión por el tema de la pelota de tres millones de dólares. Por cierto, me dedico al negocio de los juguetes….”
Con el desembolso, consiguió transmitir la imagen de ser alguien de éxito. ¿Quién si no, se gasta tres kilos en una pelotita? Al poco tiempo consiguió las licencias para fútbol americano, hockey, béisbol y baloncesto.
Objetivo conseguido.
Es cuestión de no rendirse. De pensar creativamente cómo podemos alcanzar nuestro objetivo. McFarlane lo consiguió. Eso sí, le costó un pastizal, y probablemente, dormir alguna noche en el sofá.
Espero que os haya gustado conocer a este personaje. El mundo del cómic da para bastante, en lo que se refiere a emprendimiento, así que si a alguien le apetece que vuelva a tratar el tema, lo haré encantado.
Achtung! Una recomendación por si te interesa la programación
Hubo una época, no hace tanto, en la que quería dedicarme 100% a la programación.
Estudié durante meses para prepararme a conciencia.
Trabajé mucho, y también disfruté mucho.
Me compré un teclado de esos que hacen mucho ruido, y puse todos los escritorios en negro, en plan Kali Linux.
Durante aquellos días devoré un montón de cursos, blogs y podcasts.
Ya os lo digo. Muchos.
De todo lo que consumí, destacaba la newsletter y el podcast de un programador que conocí por causalidad, escuchando otro programa:
El programa, llamado Web Reactiva, era divertido, enseñaba, y además podías conocer a un montón de gente del mundillo que hacían cosas diferentes. Todo contado de un modo muy ameno, y echabas un buen rato.
La newsletter La Reactivísima, ahora webreactiva.substack.com, contenía (y contiene) tantos recursos, que no te quedan excusas para no aprender. Yo diría que para alguien que está empezando, es imprescindible.
Los conocimientos que adquirí sobre programación me ayudaron mucho, y a veces tiro de ellos cuando hace falta.
Si a alguien le interesa programar(incluso si no es así), yo le echaría un ojo a esta newsletter.
No dejes de aprender. Programación, o lo que sea.
No sé ni por dónde comenzar el elogio, el señor es todo un artista. Y no lo conocía nada, me encantó conocer el transfondo de su éxito.
Gracias a ti por compartirlo en este formato, muy preciso, me gustó. Sii haces una segunda parte, espero con los ojos listos👀
Ostras no conocía a Todd McFarlane, y mucho menos su historia. Encima, justo ayer por la noche terminé el videojuego de PS5 de Spiderman 2, cuyo villano principal es precisamente Venom...
A Spawn sí lo conocía bien y de pequeño tenía muchos muñecos de su colección, o sea que si yo lo conocía de pequeño es porque su trabajo lo hizo bien.
Qué bueno el ejemplo de cómo consiguió atraer la mirada de los grandes. Qué pena que yo no tenga esos 3 millones de € para atraer miradas 🤣🤣