No me gusta decir perogrulladas.
Si voy a decir algo que se podría poner en una taza, me salta la voz de alarma.
Yo no soy de los que piensa que si quieres algo, el universo va a conspirar para que lo consigas, ni cosas de esas.
Gilipolleces.
Aún así, hoy te quiero contar, querido lector, cómo estoy cambiando el chip en cuanto a mentalidad, en referencia al dinero.
Porque sí, el dinero me gusta. Que los espetos de sardinas y las Cruzcampos fresquitas no se pagan solas.
Vamos pallá:
Cómo me vino la idea a la cabeza
A mí me gusta hacer números.
No hace tanto, me puse a hacer cálculos de cuánto quería ganar, y ver cuántos productos o servicios de tal o cual tipo, tenía que vender para conseguir esa cantidad.
Para ver cuántos trabajos tenía que sacar adelante cada semana y todas esas cosas.
Pero después de hacerlos levanté la cabeza y tuve una sensación rara. Miraba los números con escepticismo. No porque no fueran alcanzables, sino porque tenía la impresión de que se me escapaba algo.
Entonces recordé algo que he debido de leer en algún libro, o en los tropecientos vídeos y podcasts que me he tragado:
Se trata de concentrarse en ayudar a los demás a resolver un problema
Y el dinero vendrá como consecuencia de esa ayuda, no de tener en mente el ganar dinero como fin último.
Algo hizo clic en mi cabeza.
Suena mejor para el karma, además.
Sería algo así como empezar desde el principio, que es el servicio o producto, y no desde el final, que es el pago.
No estoy diciendo que no haya que hacer los números. Eso también me parece fundamental porque tener datos siempre es necesario para saber cómo van las cosas.
Pero creo que el ver las cosas desde la ayuda, y no desde la recompensa, te aporta una nueva perspectiva. Una buena.
Un propósito.
Cómo lo comprobé en la práctica
En las últimas semanas he tenido la oportunidad de tener varias videollamadas con gente interesante.
No diré sus nombres. Por un lado, porque no tengo el permiso de todos, y por otro, porque tengo un síndrome del impostor que tira para atrás.
Si alguno lee esto, puede identificarse, si quiere.
En algún caso hemos quedado directamente una pequeña consultoría, y en otros hemos quedado para otra cosa, y la consultoría ha surgido igualmente.
El caso es que nos hemos puesto a hablar de SEO, de la propuesta de valor, de lead magnets, etc.. y creo que han salido cosas chulas de esas conversaciones, que le han aportado algo a mis interlocutores.
Al terminar, yo me quedé con la sensación de haber ayudado a esas personas. Espero que ellas piensen lo mismo, dicho sea de paso.
He podido comprobar la satisfacción personal que genera el contribuir a que otros puedan resolver sus problemas (Eso ya me lo había advertido el gran
con anterioridad).Mola mucho.
Por cierto, mi Señora Alemana me ha tirado de las orejas por hacer esto por amor al arte.
Porque cuidado, yo no veo ninguna incompatibilidad entre ayudar a los demás (y sentirte bien haciéndolo), y ganar pasta.
¿Hacer consultorías?¿En serio?
Por este motivo estoy dándole vueltas a crear algún tipo de consultoría. Me encanta hablar con los demás, escucharles, y pensar alguna solución a sus problemas.
Tengo algún producto digital de Arturo García que son simplemente grabaciones de consultorías, que me fascina. Ver la cantidad de formas diferentes que hay de hacer la misma cosa, los distintos tipos de negocios….
Ya sé que esto no es demasiado digital ni escalable.
Hasta ahora he tenido la oportunidad de hacerlo varias veces, pienso que con resultados positivos, como he contado arriba.
Esas charlas estarían dedicadas a responder preguntas sobre SEO y estrategias de posicionamiento, y dar mi opinión sobre temas como los que he mencionado en el apartado anterior, como copy, estrategia en general, etc.
Otra posibilidad sería asesorar a personas que quieren cambiarse de profesión, tal y como yo he hecho. En esto tengo experiencia contrastada.
Pero claro….
A pesar de que Isra Bravo diga que los de marketing son los que menos saben de eso, yo no sé si alguien va a querer ser asesorado por un ex-arquitecto (mejor dicho, por un arquitecto, porque nunca dejaré de serlo ni de pensar como uno de ellos).
¿Me sacas de dudas?
Yo sé que tengo idea de esto, ojocuidao. El síndrome del impostor lo tengo hasta las cejas, pero no tanto.
Si no, no me atrevería siquiera a planteármelo.
Estoy pensando incluso en devolver el dinero si no hay 100% de satisfacción por parte del cliente.
Es una opción que estoy barajando de cara a preparar mi nueva web, que espero salga en septiembre, no tengo claro el día aún.
Vuelve el build-in-public
Como puedes ver, esta edición de tu newsletter vuelve a mostrar otro caso de build-in-public. Te estoy contando en tiempo real lo que tengo en la cabeza y los proyectos en los que estoy metido.
A lo mejor tú también te has hecho estas preguntas o te ha pasado lo mismo (en ese caso, estoy deseando leerlo en los comentarios).
Cuéntame qué te parece esto, ¿tienes tú también el ayudar a los demás en el centro de tu actividad? ¿Te parece una estupidez?
¡Hasta la semana que viene!
Recomendación de la semana
Hace ya algunas semanas que no te traigo ninguna recomendación, y hoy voy a romper la racha. Os presento a una pedazo de redactora, cuyos textos siempre me arrancan una sonrisa. Se trata de Vero Furlán.
Miembro también de la comunidad de Creando Newsletters de
, se dedica a escribir newsletters para otros profesionales. Su estilo es desenfadado y sus historias siempre dan en el clavo. Te recomiendo que le eches un ojo (al parecer, tiene un regalo para ti).Y ahora, dejo que ella misma se presente:
¿Conoces la teoría de los seis grados de separación?
La que dice que cualquier persona está conectada con otra a través de una cadena de conocidos que tiene 5 intermediarios (o menos).
Eso significa que con menos de seis enlaces podrías ponerte en contacto con cualquiera, como Rafa Nadal o Simone Biles. O incluso con las Kardashians (aunque si eres como yo, no sabrías diferenciarlas).
Entre tú y yo hay solo un grado de separación de por medio. Nuestro amigo en común es Rafa, quien hoy me dio la llave de su newsletter.
A cambio, yo le he dado la llave de la mía. Una “sinergia entre creadores de contenido”, dirían en alguna oficina vidriada.
Yo prefiero llamarlo una colaboración generosa. Generosa de su parte, claro.
Pero bueno, esto se extiende y aún no me he presentado. Me llamo Vero Furlan y soy redactora freelance. Concretamente, escribo las newsletters de otras personas.
Rafa me dijo que una parte de sus seguidores son freelancers. Sé que entre ellos hay un buen número de interesados en el email marketing.
Por eso, se me ocurrió ofrecerles un regalo que podría servirles. Es un libro en PDF, el Quitapenas de Email Marketing: Una guía básica para personas no-básicas.
Para descargar gratis el ebook, hay que hacer clic en este enlace.
Es un libro en PDF, el Quitapenas de Email Marketing: Una guía básica para personas no-básicas.
Para descargar gratis el ebook, hay que hacer clic en este enlace.
Pero ojo, que viene con trampa. Voy a dejar este link solamente hasta el miércoles, porque después me iré de vacaciones.
O sea que el hechizo se rompe en tres días.
Después, “me convierto en calabaza”, como dijo una vez la expresidenta de mi país (Argentina).
No leyó ni La Cenicienta pero no veas lo lejos que llegó.
¿Hasta dónde podríamos llegar nosotros?
¡Salud!
¡Ojo!
(Como siempre, yo sólo recomiendo newsletter que me gustan y a las que estoy suscrito. Y no me llevo ni un céntimo por ello, lamentablemente)
Lo de sí hacer consultorías o no, no sabría responderte.
Creo que depende de si te acerca a tus objetivos o no. Si esta acción no te acerca no la haría.
Es cierto que hacerlas es muy gratificante, y también que mola ayudar a los demás. Pero ya te digo que no son ni de cerca un servicio muy rentable (las consultorías B2C que son las que planteas, las B2B ya es otro cantar). Al menos en mi experiencia haciéndolas.
Eso sí, si las vas a hacer, te recomiendo que las centres en torno a algo específico, para que así los problemas se repitan y poco a poco puedas ir paquetizándolas.
Me gustaría ver como toma forma esa consultoría, tiene sentido y además viendo tu stortytelling, la consultoría cuadra perfectamente.
Hay muchas personas en esa situación que les serviría conocer a alguien como tu que ha podido cambiar de vida y que les de la ruta para conseguirlo.
Si se me van ocurriendo ideas te las mando por linkedin ;D
Un abrazo grande