Dicen que el mejor lugar para ocultar un cadáver, es la segunda página de resultados de Google.
Probablemente.
Empecemos por el principio.
Como sabéis, en esta, vuestra newsletter, os cuento qué voy aprendiendo en mi transición de arquitecto, a persona que hace “miercositas en internet”. De esta forma, y como comer caliente es una costumbre que tengo bastante arraigada desde pequeño, tuve que escoger qué camino a seguir, sería el mejor para mí.
Dándole vueltas a este tema, reflexioné sobre qué requisitos debía tener mi nueva actividad, y llegué a estas conclusiones:
Poder trabajar tanto desde Alemania, como desde España. Si hubiera seguido con la arquitectura, no me hubiera sido posible hacerlo.
Escoger proyectos que me gusten, haciendo cosas que me mola hacer, en la medida de lo posible.
Depender al máximo de mí mismo. Es decir, que o bien las cosas las pueda hacer yo, o las pueda automatizar. Como mucho, que pueda apoyarme en freelancers, autónomos, autonolancers (esto me suena a los autobots y a los decepticons), o como queramos llamarlos.
Y la madre del cordero: buscar proyectos digitales, donde se gane dinero sin tener que tratar directamente con clientes. No me refiero tanto a páginas nicho, sino a crear webs que tengan un negocio detrás, por ejemplo con afiliación, o publicidad con AdSense (que por cierto, ahora está dando quebraderos de cabeza). Tienen como ventaja que me permiten coger experiencia y hacer experimentos, sin perjudicar a nadie.
Sí, sé que al menos la mitad de estas premisas son un pelín misántropas, lo reconozco. Tampoco fáciles de cumplir, pero es que si fuera sencillo, todo el mundo lo haría.
El propósito no es otro que que mi negocio se adapte a mi vida y a mis preferencias, y no al revés.
Esto no significa que no quiera trabajar con clientes, sino que mi objetivo es trabajar sólo con personas con las que tenga afinidad.
El caso es que hay una disciplina dentro del marketing digital, en el que estos requisitos son factibles: el SEO.
Por si hay algún despistado, el SEO (Search Engine Optimization) consiste en que si una persona introduce en un buscador de internet aquello a lo que tú te dedicas, tu web esté en la posición más alta posible.
No es que esté empezando ahora mismo en esto. Llevo más de dos años bastante a tope con este tema; y antes de eso, hacia SEO sin siquiera saber lo que era, cuando arranqué mi primer blog en alemán.
Los resultados de la web de mi señora alemana dan fe de lo que digo. Y no me refiero a visitas a la página, sino al aumento de facturación. Estamos hablando de varias decenas de miles de leuros atribuibles directamente al SEO (y al buen hacer de mi señora).
Aquí tenéis la evolución de la web en impresiones y clics en el último año:
El concepto de que te encuentren aquellos que necesitan tu producto o servicio no es novedoso. Las Páginas Amarillas han existido toda la vida, y han servido para ese propósito.
Los primeros buscadores se parecían más a las mencionadas Páginas Amarillas, más bien en formato directorio. Pero luego vinieron dos fulanos llamados Larry Page y Serguei Brin, a ponerlo todo patas arriba (todo esto resumiendo muuuuucho).
En el mundo científico, es importante ser citado para que tu autoridad aumente. Este es uno de los fundamentos que estos chavales incorporaron a su motor de búsqueda: clasificar las webs en función del número de enlaces que apuntaban a ellas, análogamente a las citas de una publicación.
Me gusta ir siempre a la base. Al concepto. No ceñirme a herramientas concretas, o a tecnologías que en general, tienen fecha de caducidad.
Podemos hablar de Google, de Bing, o de la madre que los parió. Da igual como se llame, porque constantemente están saliendo cosas nuevas. Lo que no cambia, es que siempre habrá alguien que ofrece algo, y otro alguien que busque eso mismo.
Y la misión de los buscadores es proporcionar al usuario los resultados más relevantes para su intención de búsqueda.
Punto.
No sé a vosotros, pero a mí esto me parece fascinante, y por eso me dedico a ello.
Además de que esta disciplina cumple con los requisitos que os he expuesto arriba, resulta que también tiene relación con cosas que desde siempre me han gustado.
El SEO tiene una mezcla de aspectos técnicos de programación, interpretación de datos, investigación, etc., que para mí es irresistible. Vamos, que nos hemos juntado el hambre con las ganas de comer.
Ahora voy a profundizar en aquellos aspectos que me parecen más relevantes:
SEO y marketing
El SEO es una pata dentro de la estrategia de marketing de un negocio. Obviamente, estoy hablando de proyectos digitales. Si tu negocio es una mercería, pues quizá invertir en posicionamiento en internet no debe ser tu prioridad (o sí).
Como reza el título de este artículo, si no te encuentran, no existes. Gracias a la optimización de la estructura y el contenido de una web, la gente interesada en tu producto o servicio podrá encontrarte y pasar por tu datáfono.
Además, una empresa que está en las primeras posiciones para las intenciones de búsqueda relacionadas con su actividad, es percibida como más relevante que las demás. Esta percepción se transmite a su imagen de marca, y unida a una buena experiencia de usuario, aumenta su autoridad.
SEO e investigación
Me gustan las disciplinas que fomentan la curiosidad. Tenemos que aprender todo lo posible sobre el tema que estemos tratando. A veces, pensamos que algo es una tontería, pero luego resulta que tiene un montón de búsquedas.
No hay que fiarse de las apariencias.
Tenemos que trabajar, entre otras cosas:
Análisis de la competencia: quiénes son y qué palabras clave posicionan. Examinar las estrategias que siguen para estar arriba, y detectar las brechas que nosotros podemos aprovechar.
Estudio de palabras clave: listar las palabras clave relevantes para nuestro negocio, y comprobar si su posicionamiento por nuestra parte es factible. También buscar palabras clave de oportunidad, es decir, aquellas que los que parten ahora al bacalao no están cubriendo. Gracias a esto podremos crear los contenidos necesarios para que nos encuentren.
Análisis de la audiencia: esto es obligado en cualquier estrategia de marketing. Conocer el cliente ideal de nuestro producto o servicio, es fundamental para determinar sus intenciones de búsqueda.
Auditoría web: en el caso de que trabajemos en un proyecto existente, usaremos una herramienta tipo Screaming Frog para analizar dónde nuestro sitio web tiene problemas, o potencial de mejora. Después elaboraremos una lista de prioridades para implementarlas, en función del tiempo que requieran y el retorno de las mismas.
Análisis de contenidos: Si es un proyecto nuevo, gracias al estudio de palabras clave determinaremos los contenidos que es necesario crear para atraer visitas. Si se trata de un proyecto existente, tendremos que coger los contenidos de la web, analizarlos (por ejemplo, usando el módulo TF IDF de DinoRank) y proponer mejoras que aumenten su visibilidad.
SEO y análisis de datos
He oído decir que el SEO tiene más de arte que de ciencia. O al menos, que ambos aspectos están muy equilibrados. Me gusta mucho esa frase de Romuald Fons, cuando dice que “tu web te habla”, refiriéndose a que el mejor especialista SEO es el que es capaz de extraer mejores conclusiones de los datos que tiene.
La interpretación de las analíticas, la elaboración de hipótesis, y todas estas zarandajas, saca la vena ingenieril que hay en mí.
Muchos diréis que estoy enfermo, pero a mí me gusta más un Excel que a Pedro Sánchez un viaje en Falcon. Veo un dashboard de esos con muchas cifras, quesitos y colorinchis, y me muero de ganas por saber cómo se hace.
Me divierte mirar los resultados de Search Console, o los datos que nos proporcionan las herramientas tipo Screaming Frog (sí, el nombre tiene tela), y montar hojas de cálculo, donde trato de encontrar patrones y estrategias para aumentar el tráfico.
¿Dónde puedo, con el menor esfuerzo posible, conseguir el mayor retorno? ¿Qué puedo hacer para aumentar la conversión, en esta página que ya tiene algunas visitas?
Es un rompecabezas que disfruto resolviendo. Donde no hay una solución única, sino que cada uno se inventa la suya propia. Ahí está la gracia.
SEO y competición
Me gustan los desafíos.
Alex Hormozi, el chaval que tiene unos brazos como mi muslo de anchos y lleva tiritas en la nariz, como los futbolistas del mundial USA´94, tiene un podcast que se llama “The Game”. El título no se lo ha puesto por casualidad.
Aquí hemos venido a jugar. Para participar solamente, me quedo en mi casa.
En el SEO no hay concesiones. Para que uno suba, otro tiene que bajar.
Esto es un juego de suma cero.
Según un estudio de Backlinko, (encontrado en el blog de Semrush), el CTR (la proporción entre la gente que ve tu resultado, y la que hace clic en él) en Google se distribuye de la forma siguiente:
31,73%
24,71%
18,66%
13,60%
9,51%
Y así sucesivamente. El estudio dice también que el número de clics del número uno, es diez veces mayor que la web que está en la décima posición.
Por eso es tan importante hacer las cosas bien. Los errores se notan en la cartera. En la nuestra, o en la del cliente. Es también el motivo por el que es mejor experimentar con páginas propias. No te puedes jugar el dinero de otra persona para hacer una prueba, aunque luego ésta te pueda salir bien.
Es un subidón ver cómo las medidas que has tomado para posicionar mejor una palabra clave tienen efecto, y consigues subir a los puestos de privilegio. Y si entran clientes a través de esa mejora, ni os cuento.
SEO y herramientas
A mí me encanta toquetear… cosas.
Trastear con aplicaciones es un vicio. Da igual que apenas tenga tiempo para sacarles partido. Salto de un objeto brillante a otro.
Intento no meterme en AppSumo, porque es como si me meto en la librería Comic Store en el Soho de Málaga. Es imposible que vaya sólo a mirar.
En el caso del SEO, no es que tener muchas herramientas sea imprescindible. Creo que se trata de un equilibrio entre el conocimiento propio, la información que esas aplicaciones nos dan, y lo que hacemos con ella.
¿Son necesarias muchas herramientas para hacer SEO? En absoluto. Sin embargo, disponer de ellas me permite ahorrar tiempo y tener más información (para rellenar mis hojas de cálculo molonas).
Aquí se puede aplicar esa frase que tanto me gusta, que dice: “no es la flecha, es el indio”. Tan importante como las herramientas, es el sacarles partido. Si no sabemos utilizarlas, ni con la mejor herramienta del mundo vamos a posicionar.
Espero haberos dado una visión de cómo yo veo el SEO, y por qué me parece tan apasionante. Igual que la arquitectura mezcla el arte y las ciencias, creo que el posicionamiento en internet tiene algo parecido. Probablemente por eso me parezca tan atractivo.
Al final, los puntos se terminan uniendo.
Para finalizar esta edición, y como curiosidad, aquí está el vídeo de Carl Sagan, donde explica el origen del nombre Google. Si no conocéis la serie COSMOS, os la recomiendo.
Es sencillamente maravillosa.
El SEO ha sido el amigo de la fiesta que sé lo que hace en su vida a nivel general, pero no le he preguntado por su vida personal.
He probado muchas cosas en internet, pero nunca he tenido la paciencia para hacer crecer un negocio solo son SEO. Y justo ahora me está llamando la atención y he visto tu post.
He trabajado con muchísimos clientes, viéndolos con el paso de los años, y quien ha trabajado el SEO se ha llevado mejor parte del pastel. Cada vez lo defiendo y trabajo más. Y es posible que los próximos meses intente sacar un negociete solo con SEO. Para aprender y divertirme (y sacar algo de pasta, claro). Sabiendo que te gusta el tema, te iré contando. Un abrazo!
Bueno me alegro de que el SEO no esté muerto como dicen algunos con la llegada de la IA. Lo veo una estrategia muy interesante no solo para crecer con una newsletter sino para aprender a aterrizar mejor los mensajes que das a la audiencia.
Escribir un artículo te fuerza a explicarte y es un gran ejercicio que lleva esfuerzo y que compensa. Google sabrá identificar artículos bien escritos de otros que sean producto de la pereza y deleguen en la IA.