Hay títulos que hacen saltar los detectores de humo.
“La semana laboral de cuatro horas” de Tim Ferriss, es el paradigma de esto.
Recuerdo que lo estaba leyendo en el metro, cuando un abuelo se me acercó y me dijo en su alemán con acento bávaro: “¿no te creerás esa mierda verdad?
Por eso, cuando vi el título este de “The Million Dollar Weekend” me precipité a comprarlo. Me moría de la curiosidad de comprobar, si se trataba de otro libro más, sobre como ganar pasta rápido, e irse al Caribe a trabajar con el portátil debajo de un cocotero.
El autor es Noah Kagan, fundador de AppSumo, la plataforma donde se pueden conseguir licencias de software especializado para emprendedores.
Explica una metodología para encontrar ideas de negocio, validarlas y después hacerlas crecer. El objetivo es, que en el futuro, esos negocios puedan facturar al menos un millón de dólares.
El quid de la cuestión, es que el autor organiza este proceso en un periodo de 48 horas, de ahí el título. Esa es la “novedad”.
Desarrolla algunas estrategias, ya conocidas, para diferentes fases del proceso de emprendimiento: idea, validación de la misma, lanzamiento del negocio y su posterior crecimiento.
Nada nuevo bajo el sol.
No hay fórmulas mágicas en este libro.
Lo cual no significa que lo que se cuenta no tenga sentido, porque de hecho, lo tiene.
La mención al fin de semana, viene de que el autor considera, que si el año tiene 52 findes, se pueden probar otras tantas ideas de negocio diferentes.
Es difícil que de 52 intentos, alguno no acabe funcionando. De eso se trata.
Si alguien ha sido tan incauto como para pensar que le iban a enseñar cómo ganar un millón de dólares en dos días, estaba equivocado. Si ese es el objetivo, es difícil de lograr, sin hacer cosas que te hagan dar con tus huesos en la cárcel.
Sin embargo, si lo que quieres es una metodología que te guíe con tus primeros pasos en el emprendimiento, y que te explique algunos conceptos básicos, este libro puede servirte de guía.
Es cierto que en el mundo del emprendimiento, abundan los vendedores de crecepelos. Gente que gana dinero vendiendo cursos sobre cómo ganar dinero. Sujetos que ni siquiera tienen una SL, enseñando a otros a ser millonarios.
Qué tierno.
Pero no es este el caso.
Si yo, que estoy empezando, dijera que un tipo que ha montado varios negocios que generan millones y millones de dólares, es un vendehúmos, me estaría poniendo a mí mismo en una posición complicada.
Es cierto que el título está puesto para llamar la atención y vender más, pero joder, esa es la función de un título. Además han puesto la portada en color verde chillón para llamar la atención (el autor hizo pruebas para averiguar qué es lo que funcionaba mejor). Es una frase que te deja con ganas de más y te invita a comprar para conocer su solución.
Eso, querido lector, se llama marketing.
Y mientras algún purista siga diciendo que se ha abusado del clickbait, Kagan sigue vendiendo y vendiendo.
Entonces, ¿vende humo el libro o no?
En mi opinión no.
Aunque el título es como es, el autor cumple su promesa explicando su método, que no tiene nada de novedoso, en mi opinión. Luego, que cada uno decida por sí mismo si le gusta o no.
Después de mi perorata habitual, paso a contaros cinco cosas que he aprendido de este libro:
1. Experimenta sin parar
Es muy difícil dar con la tecla al primer intento.
Para meter goles, en general hay que tirar muchas veces a puerta. Cuántas más veces tiras, más posibilidades hay de meterla entre los tres palos. Anota tus ideas y ve probando cosas, experimenta con diferentes proyectos, y si es posible, diviértete jugando.
Prueba a ver qué funciona para ti y qué no. Esto no se limita al ámbito profesional. Ser un eterno aprendiz, una persona curiosa, puede añadirle un poquito de salsa a tu vida. Y quizá, con mucho trabajo y una pizca de suerte, engordar tu cuenta corriente.
Empieza con poco, avanza rápido y prueba. Pensar poco y ejecutar mucho. Aprende la lección, y vuelve a empezar.
Esto no sólo lo dice Noah Kagan. En su libro “Crece y hazte rico”, Romuald Fons, nos cuenta algo muy parecido, aunque en mi opinión, lo explica mejor. Haciendo experimentos siempre te vas a llevar algo. Si sale bien, estupendo. Si sale mal, te llevas un montón de aprendizajes, de lo que funciona y lo que no.
A veces pensamos que los gurús lo saben todo. Que dan con la fórmula a la primera. Pues no. Lo más probable es que hayan probado un montón de cosas, y que esa precisamente, ha sido la vez que ha salido bien.
A toro pasado, todos somos Manolete. La decisión de sacar tal o cual producto puede parecer clara ahora que todo ha salido bien, pero creo que buena parte de las veces la cosa no es tan evidente. Por muy buen producto que se tenga, siempre hay un componente de apuesta, y por tanto, de riesgo.
Es más fácil acabar ganando si se apuesta a varios números.
Después de todo, ¿qué tienes que perder?
2. Exprime tu zona de influencia
Antes de tener una idea de negocio, debes pensar a qué personas quieres ayudar. Por ejemplo, yo podría querer ayudar a arquitectos, que son un grupo muy concreto, y al que tengo acceso. Como soy uno de ellos, entiendo sus problemas, algo fundamental.
Siempre va a haber un grupo de gente, más grande o más pequeño, en el que tu opinión va a tener peso. Es lo que Kagan llama “tu zona de influencia”.
El gran Joan Boluda dice que al empezar con una actividad, hay que tirar de las tres F: Fools, Friends and Familiy. Más aún, no tienes que limitarte a la gente de tu entorno inmediato. Pueden ser también los seguidores que tengas ya en las redes sociales.
Aprovecha lo que ya tienes.
Habla con ellos de sus problemas, que te cuenten dónde tienen dificultades. Según el autor, la creación de negocios debería siempre ser una conversación.
Averigua qué necesitan las personas que conoces.
3. Es triste pedir, pero más triste es robar.
Cuando aún trabajaba por cuenta ajena, mi mujer siempre me decía: “si quieres un aumento de sueldo, lo tienes que pedir tú. Nadie va a venir a darte nada”.
Y vaya si tenía razón.
A menudo nos quejamos de que no obtenemos lo que queremos, y el caso es, que probablemente ni siquiera lo hemos pedido.
No te han dado un aumento de sueldo, pero no has ido a hablar con tu jefe.
Esa moza que te gusta no sale contigo, pero ni siquiera le has pedido salir.
-Ya, pero es que, ¿y si me dice que no?
Pues pruebas otra vez, y otra, hasta que lo consigas (cuidado con esto en el ejemplo de la moza, no te vaya a denunciar por acoso).
Tenemos que pedir lo que queremos. En el libro, propone salir a la calle y pedirle a desconocidos que inviertan un dólar en su proyecto. Él mismo lo hizo en un vídeo, y aunque la mayoría de la gente le manda al carajo, hubo una chica que le dijo que sí. Para él, es como un músculo que hay que ejercitar.
Plantea incluso fijar objetivos de acumulación de negativas. En el fondo se trata de un juego de números. Grant Cardone, el gurú de las ventas, también lo dice. “Si tú sabes cuántos noes necesitas para recibir un sí, entonces puedes tener resultados predecibles”.
La arquitecta Ángela García de Paredes decía que ellos tenían una media de 1 concurso ganado, por cada 10 que se presentaban. Su actitud era:”cada vez que ganamos un concurso, estamos deseando hacer otros 9 para perderlos, porque sabemos que después llega el bueno”.
Esto, por cierto, también es la Ley del Éxito nº 47 de Romuald Fons. Está en todas partes, el tío.
No te cortes y pide. A lo mejor te sorprendes.
4. Cómo validar rápido ideas de negocio
Las herramientas que Kagan usa para comprobar que existe un mercado para el negocio que está planteando son dos: Google Trends y Facebook Ads.
La primera es más o menos evidente, pones un tema y te dice si hay gente que lo está buscando en Google.
La segunda es la que más me ha llamado la atención, sobre todo porque la semana pasada estuve haciendo una campaña de Facebook Ads, y le he visto mucho sentido, a lo que propone el autor del libro.
Por si alguien no conoce Facebook Ads, lo explicaré brevemente. Cuando planificas una campaña, uno de los pasos que tienes que seguir es definir tu audiencia.
Para ello introduces criterios, tanto geográficos, como profesionales, relacionados con los gustos de la gente ,etc. El objetivo es presentarle tu anuncio exactamente a la gente que puede estar interesada en lo que anuncias.
Pues bien, una vez que has introducido esta información, Facebook, Meta, o como se llame, estima el tamaño de dicha audiencia, y te dice si es mucho, poco, o regular.
Me parece una forma bastante rápida de saber si hay gente que puede estar interesada en tu producto o servicio, aunque sólo sea, para tener un número gordo. Si pasa esta prueba, entonces puedes seguir adelante con tu idea. Si no, quizá sea mejor volver a la casilla de salida.
Comprueba rápido, y si procede, sigue adelante.
5. Empieza por el cliente.
A mí me hace mucha gracia la frase que se usa a veces para explicar por qué algunos productos fracasan, y que, por ejemplo, ahora algunos se lo aplican a las nuevas Apple Vision Pro: “ese producto es una solución en busca de un problema”.
Vamos, justo al revés de como se debe hacer.
Kagan habla de la mentalidad Founder First, en la que el emprendedor sólo tiene en mente el producto, y se obsesiona con su desarrollo. Ya habrá alguien que se lo compre. En contraposición, tenemos la actitud Customer First, donde nos ceñimos a los problemas que tiene la gente, y tratamos de buscarles una solución. Esto es lo más lógico, porque evitamos perder el tiempo creando algo que puede que no quiera nadie. Otra cosa es tirar una moneda al aire.
En el fondo, se trata de contestar a estas tres preguntas:
¿A quién le vendes?
¿Qué problema estás solucionando?
¿Dónde están esas personas?
Pon a las personas en el centro, y no te compliques la vida. Quieres montar un negocio que sea rentable, no hace falta volver a descubrir el fuego.
Busca un grupo de gente con un problema y soluciónalo.
Resumen:
No pierdas el tiempo pensando. Ejecuta y experimenta.
Busca un grupo de personas a las que ayudar y a las que tengas acceso. Resuélvele un problema concreto a esa gente concreta.
Si quieres algo, pídelo.
Facebook Ads es una buena forma de medir la cantidad de gente que puede tener interés en tu proyecto.
Empieza siempre por el cliente al que quieres ayudar, no por el producto.
Mira lo que hacen las notas, darme ganas de venir a leerte jajaja 🪄
Respecto a la validación de ideas, no sé si la trata en el libro, pero creo que se ha dejado la
Mejor herramienta. Google Ads y su planificador de palabras clave. Tengo un contenido sobre cómo hacerlo bien. Si alguien lo quiere que me lo pida.